DEDICATORIA

Este blog está dedicado a los padres que se pasan horas y horas ante el televisor, mientras sus hijos pasan horas y horas ante la consola, y también está dedicado a los maestros que van al trabajo como quien va a la oficina, como una rutina más de su vida, que han perdido el afán de aprender (¿lo tuvieron alguna vez?) y por ello son incapaces de transmitir el más mínimo entusiasmo por los misterios del mundo a sus desafortunados alumnos.

lunes, 26 de mayo de 2014

IMAGINACION Y FANTASÍA

Boletín de notas de Mariano Rajoy
Una madre nos comenta que su hijo Z, que cursa 1º de primaria en un colegio público, ha recibido de su tutora el siguiente comentario en el boletín de notas trimestral:


Z es un niño con mucha imaginación y fantasía, y eso en ocasiones interfiere en su aprendizaje.


Detrás de esta aparente verdad hay un grave error de apreciación pedagógica. Naturalmente, un niño así suele dar muestras de desatención, a menudo el docente se lo encuentra mirando hacia el techo o la ventana, sin prestar atención a lo que él, todopoderoso, está explicando. Ante esta situación, es necesario saber que:





  • Los niños no tienen un interrumptor de la atención ni de imaginación. No podemos evitar que un niño imaginativo se separe del discurso del docente o de las actividades escolares, porque la imaginación responde a desencadenantes que no podemos controlar, ni el niño tampoco. 

  • Es muy probable que ante las constantes repeticiones que el docente formula sobre un mismo tema, práctica habitual en las aulas, el alumno imaginativo se desconecte porque ya ha captado la información y comienza a aburrirse. Su imaginación le ayuda a evadirse de ese momento en que deja de interesarse por algo que comienza a ser rutinario y monótono. Así que el docente debería plantearse que su práctica puede interferir también en los procesos de aprendizaje de esos alumnos que son más imaginativos y fantasiosos (suelen serlo los introvertidos).

  • La imaginación y la fantasía no son interferencias en el aprendizaje, sino todo lo contrario: son grandes catalizadores. Naturalmente, si pretendemos que aprender consista en memorizar y repetir los contenidos del libro o las explicaciones del docente, el fantasioso no conseguirá ajustarse bien a tales demandas. De esta forma, los procesos escolares acaban con todo tipo de pensamiento divergente y creativo, que es la mayor fuente de riqueza en el desarrollo mental de los niños en vistas a convertirse en adultos competentes en la adquisición por sí mismos de conocimientos relevantes para sus vidas.


Recomendamos a esta tutora que visualice un corto vídeo donde se explica por qué no debe minusvalorar el potencial de la imaginación en los niños:





Y de paso, éste otro:




Héloïse La Nouvelle