DEDICATORIA

Este blog está dedicado a los padres que se pasan horas y horas ante el televisor, mientras sus hijos pasan horas y horas ante la consola, y también está dedicado a los maestros que van al trabajo como quien va a la oficina, como una rutina más de su vida, que han perdido el afán de aprender (¿lo tuvieron alguna vez?) y por ello son incapaces de transmitir el más mínimo entusiasmo por los misterios del mundo a sus desafortunados alumnos.

lunes, 7 de mayo de 2012

DISPERSIONES PEDAGÓGICAS, 2

MI ÚNICA LEY EDUCATIVA: LA INTEGRIDAD

Para vivir sólo tienes que respirar y comenzar a moverte. Nuestro instinto de supervivencia hace superfluo cualquier reclamo a nuestra voluntad. Parece cosa fácil, porque todos vivimos. Pero una cosa es lo que pasa y otra la manera de pasar. Y cuando se trata de dar forma a la vida que cada uno vive, la cosa ya no resulta tan fácil, porque la formación de nuestra individualidad es la tarea más ardua que tenemos los seres humanos. Sólo con posterioridad a los hechos vividos podemos juzgar lo acertado o no de las decisiones tomadas, para nuestra satisfacción o aflicción.Y para complicar las cosas, no está al alcance de todos la oportunidad de decidir quién queremos ser, ya sea por las limitaciones de cada uno ya sea por las voluntades de los demás, porque ambas circunstancias afectan negativamente el modelado de nuestra persona con la materia de nuestra vida. Además, la identidad con la que nacemos no siempre la podemos modificar o cambiar por las dificultades materiales y los prejuicios culturales que debilitan o tuercen nuestra voluntad, cuando el «qué» somos (sexo, raza, biotipo, cultura...) tiene una fuerte implicación con el «quién» somos (personalidad, razón, emoción, creación...). Por otra parte, es fácil caer en el narcisismo o el más vergonzante exhibicionismo cuando se habla de uno mismo, sobre todo hoy en día cuando la comunicación no es directa entre las personas, cara a cara con el diálogo o mano a mano con la epístola, lo que nos lleva a la deformación o mistificación de nuestra subjetividad. Sin embargo, todas estas dificultades y contingencias pueden llegar a desvanecerse ante la fuerza de la creencia en el quién es uno mismo y en lo que puede llegar a hacer en el curso de su vida. Como ya dijera Heráclito de Éfeso, los pensamientos que concebimos moldean nuestro carácter y éste determina nuestro destino. Estos tres elementos: pensamiento, carácter y destino, cuando se implican y cierran el círculo de nuestro existir constituyen el rasgo que más nos honra como humanos: la integridad.

August Mann

1 comentario:

  1. Como bien dijo Descartes, de nada disponemos absolutamente, salvo de nuestros pensamientos; de ahí a poder influir en nuestro destino...

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